«Al menos no puede empeorar» es una expresión que suele ser expresada por un personaje ficticio que está a punto de descubrir que se equivocó; de hecho, puede empeorar. Y si pensabas que el capítulo siete describía cómo la religión obscena de Judá los llevó al fondo del barullo de la indignidad impuesta judicialmente, bueno, los versículos iniciales del capítulo ocho de Jeremías corrigen esa evaluación representando todavía mayor indignidad.

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