Y el Señor se volvió y miró a Pedro. (Lc. 22:61a)

Esta observación es única en el relato de Lucas. Desde la perspectiva de un lector, nos sorprende. Sabíamos que Pedro seguía a Jesús desde lejos (vs.54), pero no estábamos conscientes de la posibilidad de que cada uno estuviera en la línea de visión del otro. Tal vez Jesús estaba en tránsito entre las pruebas. Sea cual fuere el caso, la providencia de Dios, y el control de Cristo, es en este punto notablemente increíble. Al cantar del gallo, «el Señor se volvió y miró a Pedro«. A pesar de ser como un cordero delante de sus cortadores, el Buen Pastor todavía tenía Sus ojos en Sus ovejas.

Leer más