Uno debe abordar al capítulo inicial de Génesis como lo haría con cualquier otra porción de la Biblia; es decir, tratando de entenderlo dentro de su propio contexto y a la luz de otras Escrituras. ¿Se presenta el texto como algo directo e histórico, o poético, y alegórico? Con los avances e influencia de la evolución naturalista tanto dentro como afuera de la iglesia, este tipo de preguntas se han vuelto cada vez más frecuentes en relación con Génesis 1. Como resultado, muchos han rechazado una interpretación simple del capítulo inicial de la Biblia con el fin de acomodar la teoría evolutiva y, a su vez, argumentar que la Biblia dice algo que nunca estaba tratando de decir.

Por lo tanto, una pregunta que los cristianos deben estar listos para responder es: ¿el capítulo inicial de Génesis, es poesía exaltada? Los creacionistas progresivos como Tim Keller afirman que lo es. En un intento de afirmar la fiabilidad de las escrituras mientras manteniendo una creencia en la evolución, argumentan que la intención del autor no era enseñar que Dios hizo el mundo en seis días de veinticuatro horas.[1] Y aunque Keller argumentara que su conclusión no debe «dar cabida a ninguna visión científica particular de las cosas» [2], no obstante declara que, «para tomar en cuenta la evolución, debemos ver al menos Génesis 1 como no literal».[3] ¿Pero es correcto decir que el autor inspirado no tenía la intención de comunicar que Dios creó todo en seis días de veinticuatro horas? ¿Al leer a través de Génesis 1, llega uno a la conclusión de que la poesía y no la historia está siendo comunicada? Lo que sigue, entonces, es una serie de breves explicaciones y respuestas sobre por qué Génesis 1 debe ser leído como narrativa histórica a diferencia de poesía alegórica exaltada.

Génesis 1 carece de paralelismo

Si Génesis 1fuera «poesía exaltada» se esperaría que tuviera el tipo de paralelismo que es típico de la poesía Hebrea versus una estricta progresión de información y el desarrollo cronológico. Usted esperaría ver algo como esto, «El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quien temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿Quién podrá amedrentarme? «(Sal 27: 1). El paralelismo se ve en cómo (a) el SEÑOR es descrito en ambas porciones iniciales de las preguntas de David, y (b) dos veces David preguntó a quién debe temer? ¿Génesis 1 tiene tal paralelismo? Considere los dos primeros versos, por ejemplo,

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era sin forma y vacía; Y la oscuridad estaba sobre la faz del abismo. Y el Espíritu de Dios estaba flotando sobre la faz de las aguas”. (Génesis 1: 1-2)

El relato es fácil de entender. Simplemente se nos dice lo que sucedió (vs.1) y luego se nos dan ‘descripciones históricas’ del estado de las cosas desde el principio (vs.2). Es el tipo de cosas que usted esperaría de la narrativa histórica del Antiguo Testamento.

Ahora, siguiendo el ejemplo de Richard Phillips, comparemos los dos versículos iniciales de Génesis 1 con Éxodo 15 – la parte inicial de la canción de Moisés.[4] Esta comparación es particularmente apropiada, ya que Keller compara Éxodo 15 con Génesis 1. Pero, habiendo leído los primeros versículos de Génesis, notarás rápidamente la diferencia entre los dos:

“Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes. El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.» (Éxodo 15: 1-2)

Cuando se comparan los dos no es difícil ver cómo uno es una expresión poética de los acontecimientos históricos, mientras que el otro no lo es; Éxodo 15 suena como poesía y Génesis 1 tine un estilo histórico. Génesis empieza los relatos del los acontecimientos de la creación como un echo. No hay ningún indicio de alegoría o paralelismo. Es un relato descriptivo, secuencial; cual estilo se ve en todo Génesis; y la singularidad exaltada del capítulo no es porque este escrito en un estilo de poesía que niega su cronología que es obvia, sino simplemente porque se trata de la singularidad de la semana de la creación.

El lenguaje semi-poético no elimina la historicidad

Keller cita a Edward J. Young como un experto hebreo conservador que lee los seis días de Génesis 1 como históricos, aunque admite que están escritos en un «lenguaje exaltado y semi-poético».[5] Pero incluso, si se permite tal observación e identificación, en particular dada la naturaleza de la singularidad majestuosa del acontecimiento relatado en Génesis 1, debemos hacer un punto importante: el lenguaje semi-poético no erradica la historicidad. Por ejemplo, los primeros versículos del Evangelio de Juan, sin duda, usan cierta medida de lenguaje poético: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir «(Juan 1: 1-3). Hay mucho más lenguaje poético en los versículos que siguen. Pero, sin embargo, lo tomamos al pie de la letra; lo consideramos una historia legítima. Por lo tanto, decir que porque Génesis 1 contiene refranes de “dijo Dios» y «Que haya» y «era bueno» debe significar que el escritor quería comunicar poesía y no historia, de ninguna manera crea un argumento convincente para decir que lo que realmente estaba haciendo el autor inspirado era escribir poesía no historia.

La Repetición no Necesita Poesía

Algunos sostienen que las expresiones “Que exista» y «noche y mañana» indican que el estilo de Génesis es poético y no histórico. Pero hay otras porciones de textos narrativos que tienen refranes extensos y al leerlos no descartamos interpretaciones de la historia legítima. Una rápida lectura de Números 7 muestra una serie de refranes repetidos en casi todo el capítulo. Por ejemplo, lea Números 7: 12-17. Allí verá una descripción detallada de la ofrenda de Nahshon el hijo de Amminadab (vs.17). Y si quisiera memorizar lo que el trajo (es decir, un plato de plata, cuyo peso era de ciento treinta siclos, y un plato de plata de setenta siclos, etc.) tendría varias oportunidades porque la misma ofrenda se atribuye a los representantes de la tribu subsecuente con sólo ligeras variaciones más adelante en el capítulo. En Números 7 encontramos varias repeticiones, no poesía, y ciertamente historia.

Compare Génesis 1 con un relato abiertamente poético de la creación

Si lee el Salmo 104 junto a Génesis 1 vería una gran diferencia en el tipo de escritura que está leyendo. Cuando uno ve que el salmista se refiere a Dios extendiendo los cielos como una cortina (Salmo 104: 2) es diferente de leer la declaración directa «Dios creó los cielos y la tierra» (Génesis 1: 1); y de la misma manera: «Él designó la luna para las estaciones, y el sol, que sabe cuando ocultarse” (Salmo 104:19) es diferente que, «Y dijo Dios: “Que haya luces en el firmamento que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años, y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra. Y sucedió así ”(Génesis 1: 14-15). Teniendo un relato como el Salmo 104, donde los acontecimientos de la creación están representados poéticamente, nos ayuda a ver aún más la naturaleza histórica de Génesis 1.

Escuchando Génesis 1

Cómo, pues, debe interpretarse Génesis 1? Dado el hecho de que el capítulo está repleto de marcadores cronológicos tales como «la tarde y la mañana» y los días enumerados como “primero,» “segundo,» “tercero,» y así sucesivamente. Creo que sería incorrecto (y peligroso) impugnar inexactitud a la revelación de Dios como si lo que se dijo en Génesis 1 pudiera ser excusado como falsedad porque era poesía. Dios no pudo haberlo hecho más claro. Él no tuvo que llamar a la luz «día» y la oscuridad “noche» pero lo hizo. No tuvo que decir que los seis días sucesivos de la creación duraran el mismo tiempo (noche y día), pero lo hizo. El texto no ofrece ninguna indicación de que lo que se escribió no debe entenderse claramente; más bien, a menudo es paradigmas naturalistas y / o anti-sobrenaturales que llevan a alguien a darle un significado no intencionado a la Palabra de Dios en lugar de simplemente escuchar lo que Dios dijo. Por ejemplo, Dios es claramente capaz de usar la luz creada como un medio para separar la luz de la oscuridad y tener noches y días desde el primer día hasta el tercero antes de que Él creara el sol en el cuarto día. Forzar una reinterpretación del texto porque tal realidad no coincide con la observación humana es hacer del empirismo el árbitro de la interpretación. Dios ha dado una opción mucho más confiable – Su Palabra. La revelación subsiguiente daría testimonio de una comprensión literal de Génesis 1 también. Considere Éxodo 20: 8-11:

“Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al SEÑOR tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descanso el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo.”

En Éxodo 20 se atestigua la historicidad de Génesis 1. Los siete días de la semana, que constituyen seis días de trabajo y un día de descanso (v. 9), tienen su fundamento en los días de la creación y el séptimo día de descanso (vs.11). Como dijo Douglas Kelly:

Al parecer, la humanidad es tan importante para el Dios infinito que Él organizo su actividad creativa específicamente para establecer la estructura de la vida humana. Esto debe ser una de las principales razones por las que Dios creó durante seis días en vez de en una fracción de segundo (o cien mil millones de años).[6]

 


[1] Tim Keller, “Creation, Evolution, and Christian Laypeople,” BioLogos, accessed January 10, 2017, http://biologos.org/uploads/projects/Keller_white_paper.pdf, 2.
[2] Ibid., 5.
[3] Ibid., 2.
[4] Richard D. Phillips, [Ed.] God, Adam, and You: Biblical Creation Defended and Applied, P&R Publishing Company, (Phillipsburg, New Jersey Rapids, 2015) 88.
[5] Keller, “Creation, Evolution, and Christian Laypeople,” 4.
[6] Douglas F. Kelly, Creation and Change: Genesis 1.1-2.4 in the light of changing scientific paradigms (Fearn, Ross-shire, U.K.: Christian Focus, 1997), 109.